En el ritmo acelerado de la docencia universitaria, muchas veces enseñamos en automático. Replicamos clases del ciclo anterior, usamos los mismos materiales y seguimos el mismo esquema. Pero en el fondo, sabemos que dar clases no es lo mismo que diseñar experiencias. La diferencia radica en la intención con la que pensamos cada sesión: ¿estás enseñando o estás provocando aprendizaje?

El diseño de clases requiere tomar decisiones estratégicas sobre el cómo, el cuándo y el para qué del aprendizaje. Hoy más que nunca, con el apoyo de la IA generativa, los docentes podemos crear recursos personalizados, historias interactivas, visuales únicos y experiencias adaptadas sin invertir horas extra. Pero nada de eso servirá si no partimos de una visión clara: ¿qué tipo de experiencia quiero que viva mi estudiante hoy?

Diseñar clases es un acto creativo y transformador. No necesitas hacer todo perfecto, solo empezar con una pequeña intención distinta. Tal vez usar una imagen provocadora, una pregunta desafiante o un podcast corto como disparador. En próximas entradas te compartiré ejemplos listos para usar.
🧩 ¿Y tú? ¿Estás diseñando experiencias o solo repitiendo contenidos? Hagamos del aula un lugar donde la creatividad vuelva a tener protagonismo.